AMADO DIOS, Tú eres mi refugio en medio de las tormentas de la vida, mi consuelo cuando mi corazón está afligido, mi guía en momentos de confusión y mi fortaleza cuando me siento débil. Reconozco que solo Tú puedes llenar mi ser con la paz que tanto anhelo, aquella que trasciende toda comprensión humana y que solo puede provenir de tu amor infinito y eterno.
En este día, elevo mi voz hacia Ti, confiando en que estarás a mi lado en cada paso que dé. Tú conoces mis necesidades, mis deseos más profundos y mis sueños más fervientes. Encomiendo a Ti mis preocupaciones, mis cargas y mis temores, sabiendo que en tu presencia encontraré descanso y alivio.
Con plena certeza, declaro que hoy será un día hermoso, porque Tú estás conmigo. En tu presencia, puedo experimentar la belleza de cada momento, reconocer los milagros que se manifiestan a mi alrededor y ser testigo de tus innumerables bendiciones que se derraman sobre mí.
En este día, abro mi corazón y mi mente a tu dirección divina. Permíteme escuchar tu voz suave y apacible que me guía por el camino correcto, alejándome de las distracciones y tentaciones que pueden apartarme de tu propósito para mi vida. Fortaléceme para resistir las adversidades y las pruebas que puedan surgir, confiando en que tu poder se perfecciona en mi debilidad.
Amado Dios, en tu infinita bondad, te agradezco por tu amor incondicional, por tu gracia inmerecida y por tu misericordia renovada cada día. Gracias por ser mi refugio seguro, mi consuelo en tiempos de aflicción, mi guía infalible y mi fortaleza en las batallas que enfrento. Tu fidelidad es incomparable y tu amor es eterno.
Encomiendo este día y cada momento de mi existencia a tu cuidado y protección. Permíteme ser un instrumento de tu amor y tu luz en este mundo, reflejando tu amor a aquellos que me rodean y extendiendo tu gracia a los necesitados.
En tu nombre, Amén.
