Amado Dios, diciembre está llegando a su fin y hoy me acerco ante Ti con un corazón lleno de amor y devoción para darte gracias por cada una de las bellas bendiciones que me regalaste, por lo visible y también por lo invisible, por tu misericordia y por tu gracia que me sostuvo. Gracias amado Dios por permitirme llegar al final de este mes con bien, gracias por cuidar de mí y de mis seres queridos.
También te pido perdón si en algún momento de este mes que termina te he defraudado, si no ame con el mismo amor que Tú me amas, ni actué bajo tus enseñanzas. Perdona mis fallos y ayúdame a reparar lo que hice mal. Todo lo que hice bien lo ofrezco para tu gloria.
Señor, te pido tu ayuda y tu dirección en el nuevo año que está a punto de empezar. No quiero separarme ni por un minuto de Ti, pues cada día que pasa te necesito más en mi vida.
Te suplico que me tomes de la mano y me guíes con amor por senderos de dicha, éxito y prosperidad. Permíteme la gracia de ser sabio y justo y así poder avanzar con determinación hacia mis sueños y metas. Eres Tú quien me cuida, quien me orienta y quien me protege. Todos mis triunfos y todas mis alegrías las alcanzo y las alcanzaré en tu maravilloso nombre.
Por favor, haz que enero sea un mes de bonanza y triunfo para mí y para mis seres queridos, acompáñanos en nuestras jornadas de cada día y ayúdanos a cumplir con nuestras obligaciones de la mejor manera. Y al llegar cada noche, permítenos reunirnos en nuestro hogar para dar testimonio de tu amor e infinita bondad.
Amado Dios, hoy cuando diciembre está a punto de terminar, te doy gracias por todas las bendiciones que recibí y declaro con amor que con tu compañía, enero será un mes maravilloso y colmado de felicidad, bendiciones y abundancia, Amén.
Hacer está oración con gratitud y fe te permitirá acercarte a Dios para darle gracias por todas las bendiciones con las que Él colmó tu vida en el mes de noviembre y pedirle que siga guiándote y bendiciéndote en el mes de diciembre que está a punto de empezar.
Vive feliz, con confianza y alegría, pues el amor de Dios es inmenso, verdadero y Él te guiará por el mejor camino y te concederá las peticiones honestas de tu corazón.