AMADO DIOS, hoy abro los ojos a la luz de este miércoles con alegría, sabiendo que Tú me amas incondicionalmente, que siempre estás a mi lado, guiándome y sosteniéndome en cada paso de mi camino, llenándome de tu amor y protección. En este nuevo día, deposito en tus manos mi paz interior, confiando en que eres el único que puede calmar las tormentas que puedan agitarme, brindándome serenidad en medio de cualquier adversidad.
Asimismo, te entrego mis ilusiones más profundas, esos anhelos que habitan en lo más íntimo de mi corazón. Confió en que conoces mis sueños y anhelas verme florecer en cada aspecto de mi vida. Permíteme caminar en tu voluntad y confiar en tus planes perfectos, sabiendo que en tu amoroso cuidado encontraré la plenitud y la felicidad que tanto anhelo.
También, pongo en tus manos mi destino, entendiendo que eres el autor de mi vida y tienes el poder de conducirme hacia un futuro lleno de bendiciones y propósito. Guíame por sendas de rectitud y sabiduría, para que pueda tomar decisiones acertadas y honrarte en todo lo que hago.
En este día, te agradezco por tu amor inagotable, por tu constante presencia en mi vida y por tu fidelidad sin límites. Me siento bendecido(a) de tener la certeza de que siempre estás conmigo, fortaleciéndome en mis debilidades, dándome la confianza para enfrentar cualquier desafío que se presente.
Que tu paz, tu amor y tu gracia me acompañen a lo largo de este día y de mi vida entera. Que en cada paso que dé, pueda reflejar tu luz y tu amor a aquellos que me rodean. Que mi vida sea un testimonio vivo de tu bondad y misericordia.
En tus manos poderosas y amorosas, deposito mi ser y mis anhelos, confiando en que tú tienes el control y obrarás maravillas en mí. Amén.