AMADO DIOS, te pido que en esta nueva semana te lleves de mi vida cualquier tristeza o preocupación y me des fuerza, salud, valor y sabiduría para poder seguir siempre adelante, AMÉN.
Amado y bondadoso Dios, me dirijo a Ti en este comienzo de semana para elevar mi humilde plegaria. Te suplico que, con tu inmenso amor y compasión, apartes de mi vida cualquier tristeza o preocupación que pueda perturbar mi ser. En tu infinita misericordia, te ruego que me concedas la fortaleza necesaria para afrontar los desafíos venideros, la salud para mantener mi cuerpo y mente en equilibrio, el valor para superar los obstáculos que se presenten y la sabiduría para tomar decisiones acertadas en cada paso que dé.
En esta nueva semana que se abre ante mí, anhelo ser un instrumento de tu amor y gracia en el mundo que me rodea. Permíteme ser portador de esperanza y alegría, compartiendo tu luz en cada encuentro y extendiendo una mano compasiva a aquellos que más lo necesiten. Ayúdame a mostrar comprensión y empatía hacia los demás, reconociendo en cada ser humano la chispa divina que nos une como tus hijos amados.
Te pido, amado Señor, que me guíes en cada paso que dé, que ilumines mi mente y mi corazón para que mis acciones sean un reflejo de tu amor y voluntad. Concede que mi fe se fortalezca en ti y que mi confianza en tu divina providencia se mantenga inquebrantable, incluso en los momentos de incertidumbre y desafío.
Encomiendo en tus manos cada área de mi vida: mis responsabilidades laborales, mis relaciones personales, mis metas y sueños. Te pido que dirijas mis pasos, abriendo puertas de oportunidad y guiándome hacia el camino que has trazado para mí. Concédele sentido y propósito a cada tarea que realice, para que mi labor contribuya al bienestar de los demás y sea un reflejo de tu amor en el mundo.
Dame la fortaleza para enfrentar las adversidades con valentía y resiliencia, confiando en que tu amor y protección están siempre a mi lado. Permíteme recordar que en ti encuentro la fuerza inquebrantable que me impulsa a seguir adelante, incluso cuando los desafíos parezcan abrumadores.
En esta semana, te ruego que me concedas la sabiduría necesaria para discernir entre el bien y el mal, para tomar decisiones que honren y glorifiquen tu nombre. Ayúdame a ser consciente de mi entorno y a utilizar mis dones y talentos para hacer el bien, sin perder de vista tu ejemplo de amor y compasión.
Amado Dios, te agradezco por escuchar mi oración y por tu amor incondicional que nunca deja de sostenerme. Confío en tu guía y en tu presencia constante en mi vida. Que esta nueva semana sea llena de bendiciones, oportunidades y crecimiento espiritual. En tu nombre, confío y me entrego. Amén.